sábado, 31 de julio de 2010

"[...] dedicar una parte sustancial de las energías visionarias de una sociedad a la producción de cosas efímeras es, al menos en Occidente, un fenómeno nuevo y problemático. [Nota de George Steiner: [...] El motivo dominante de la cultura occidental es la creación de formas plásticas y poéticas que 'duren más que el bronce y rompan los dientes del tiempo']."
George Steiner: "En una postcultura". En: Extraterritorial. Ensayos sobre literatura y la revolución lingüística. Ediciones Siruela, Madrid, 2002, pág. 175.
"La literatura es lenguaje, pero lenguaje en estado especial: un estado de total significación."
George Steiner: "Lingüística y poética". En: Extraterritorial. Ensayos sobre literatura y la revolución lingüística. Ediciones Siruela, Madrid, 2002, pág. 139.
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[Nota: Esto mismo es aplicable al teatro, especialmente a la actitud del público frente al escenario, que es lo que yo llamo el espacio de significación, dentro del cual todo existe, como dice Steiner, en un estado de total significación. Esta predisposición del público a interpretar, a leer todo cuanto se encuentra dentro del espacio escénico es uno de los aspectos más relevantes del hecho escénico.]
"El significado es en realidad la escencia, la estructura básica de las formas naturales. Los colores, las secuencias, los olores, los ritmos o irregularidades de forma o comportamiento, todo contiene información. Prácticamente cualquier fenómeno puede ser 'leído' y clasificado como declaración. Envía señales de peligro o de llamada, de presencia o ausencia de alimento; se orienta hacia determinadas estructuras significativas o en dirección contraria. Los seres vivos, a diferencia de las unidades elementales, disponen de una amplia gama de articulaciones: posturas, gestos, coloración, tonalidades, secreciones, experesiones faciales. Separada o conjuntamente, todo esto transmite un mensaje, una unidad o grupo de unidades de información focalizada. La vida se desarrolla a través de una red incesante de señales. Sobrevivir implica recibir un número suficiente de dichas señales, elegir del flujo aleatorio las que son literalmente vitales para el individuo y su especie, y descodificar las señales pertinentes con suficiente velocidad y precisión. El organismo que no logra hacerlo -ya sea porque sus receptores están bloqueados o se equivocan al 'leer'- está condenado a perecer."
George Steiner: "El lenguaje animal". En: Extraterritorial. Ensayos sobre literatura y la revolución lingüística. Ediciones Siruela, Madrid, 2002, pág. 71.